miércoles, 29 de diciembre de 2010

Dame más gasolina.

Cuando uno no puede más, cuando no le dan las horas del día, cuando se caen todas las fichas y no acierta a levantarlas sin formar otro estropicio, cuando los daños colaterales se acumulan en la cuneta. Ahí se hace uno el valiente, y le echa gasolina, no sabe si para andar o para que todo arda de una vez.
Rock & Roll, papá.

martes, 28 de diciembre de 2010

Sin Comodines

Mola cuando sales de la mejor reunión que vayas a tener en tu vida. Cuando te vas a casa con más de lo que te proponías. Cuando pareces un Jedi: haces un gesto con la mano en el aire y dices: "podemos pasar", y ellos dicen: "pueden pasar".
Lo malo es que te vas también con la sensación de haber gastado el mejor discurso, de que nunca volverás a ser así de persuasiva. Ahora será más difícil convencer a nadie de que eres su mejor opción...

domingo, 5 de septiembre de 2010

Cascada de fichas

Para Almudena, que viene todos los días y nunca pierde la fe.

Este tiempo de silencio en Alapryles y Diablitos obedece no sólo a mi desidia y mi falta de constancia, sino también a que me están cayendo muchas fichas juntas, ya saben cómo es eso: la ficha cae, uno la intenta agarrar y ahí empieza la cosa. Como canta “El Robot bajo el agua”: 'Y todo el tiempo te cae la ficha, por algo viejo, por algo nuevo, por algo tonto, por algo serio'.  Por suerte, hemos ido aprendiendo (?) y ahora ya no nos tapamos los ojos mientras dura la cascada de fichas, ahora observamos la danza, nos atrevemos a aventurar el final, dónde parará, dónde está el fallo, dónde habrá una ficha lo suficientemente fuerte o colocada a contramano que frene el empuje de las demás. En un alarde de insolencia, colocamos las manos detrás de la cabeza, estiramos los pies y dedicamos un rato a pensar en lo que vendrá después. ¿Volveremos a colocarlas, provocando nuevas caídas en el proceso? ¿Las dejaremos ahí tiradas, abriendo la puerta definitiva a la entropía? ¿Las guardaremos en su cajita y a otra cosa mariposa?
Los que somos así de enfermitos nos adelantamos a los acontecimientos, ya lo saben.  Los que además de loquitos somos medio pusilánimes, no lo hacemos para evitar un posible desastre, sino para hacernos una idea de lo que nos espera y poder ir lamentándonos, sufriendo y temiendo lo que está por venir. Mi peor previsión de futuro es que voy a acabar ingresada en el Febles Campos o donde sea, en pijama, recortando fotos de revistas y haciendo florecitas de fieltro. Lo bueno de todo eso, lo verdaderamente reconfortante, es que  hasta en esa previsión (que, la verdad,  tanto no me desagrada) siempre hay un par de fichajes haciéndome el aguante, como las hinchadas del Betis, del Atlético de Madrid o de la Unión Deportiva Las Palmas, esas aficiones que no desfallecen, aunque su equipo no haga más que darles disgustos. Con lo fácil que sería hacerse del Barça…

viernes, 9 de julio de 2010

El dibujante insomne

Mi alter ego virtual, ese que le come terreno a pasos agigantados al real, me ha dado muchas satisfacciones en los últimos tiempos. Una, que tiene serias dificultades en el cara a cara, todo hay que decirlo, no puede más que levantar la vista y cruzar los dedos para no verse sin conexión nunca jamás en la vida, pues corro el riesgo de desintegrarme física e intelectualmente. Y miren que yo viví mucho tiempo sin internet, y sobrevivía feliz sin necesidad de conexión constante. ¿Se acuerdan de esos tiempos? ¿Se acuerdan de cuando hablábamos sentados delante de cañas o cafés, en lugar de delante del monitor? ¿De cuando ejercitábamos las neuronas hasta sacarles todo su potencial para recordar algún dato? ¿Se acuerdan de cuando nos apuntábamos a todas las actividades gratis posibles para “conocer gente interesante”? ¿Se acuerdan? Sí, claro que se acuerdan. Era una mierda. Ahora, la gente interesante viene a ti como un regalo, como el descubrimiento de la vacuna contra la frustración, contra la incomprensión y contra el hartazgo social, todo en uno.
Créanme si les digo que muchos y valiosos son los descubrimientos que ha hecho mi yo virtual. Siéntase aludido cada uno de ustedes, aunque hoy vaya a hablarles sólo de uno, porque compartir es vivir, y quiero, exijo, al más puro estilo Esperanza Aguirre, que lo conozcan, que se acerquen a su obra, que intenten meterse en su cabeza y que disfruten.
Detrás de lE tORDU se esconde un ser, no sé si humano, con un trabajo de los de verdad, uno serio, como el que nuestras madres querrían para nuestros maridos. Un tipo normal. Pero lE tORDU, el superhéroe, en cuanto cambia el maletín por las armas de pintar se convierte en otra cosa. Se convierte en nuestra conciencia, un ser con una visión del mundo y de la sociedad tan real, tan certera, que asusta. Un tipo que da la impresión de saber algo que los demás nos negamos a ver, por cobardes, por miedicas, y que nos lo escupe a la cara, no con el resquemor y la amargura de quien siente que todo está perdido, sino con la esperanza y la convicción de que todavía se puede, si nos dejan.
Aunque a primera vista pueda parecerlo, lE tORDU no es sombrío, no tiende a la desesperación. Es un inconformista, un exigente, un destructor de estereotipos con una mirada incendiaria, y sus obras son el arma contra la persistencia de la estupidez. El ridículo y la parodia, siempre presente en sus dibujos son más que un centelleante juego de intelectual. Son la única forma de lucidez frente a la realidad desnuda de disfraces que nos ocultan su condición satírica. Sus viñetas, muy próximas al chiste, como medio de alcanzar la comunión con el espectador, abren una cruel insición en nuestro mundo gris de lealtades y creencias, lo desbarata y le otorga una comicidad donde la risa no siempre está invitada.
lE tORDU inaugura exposición este sábado a eso de las ocho de la tarde en el café Siete, en La Laguna. Yo aprovecharé para invitarlo a un buen vino y para darle un abrazo. A ver si se me pega algo.

lunes, 14 de junio de 2010

Lunes musicales.

"Cruzaos los brazos pa no matarla, cerraos los ojos pa no llorar". Y en esas estamos, con la copla como medio de vida.
Volví para quedarme. Creo. Buen lunes.

lunes, 19 de abril de 2010

Lunes musicales

¿Saben ese refrán que dice que al que le va mal en amores se gana la lotería, o algo así? Yo esta semana me he ganado dos veces nueve euros, lo que hacen un total de dieciocho, así que no sé cómo tomármelo. No sé si darle la razón al sapiente refranero español, o considerar qu eso no es fortuna ni es nada y salir a la calle a espantar la cola de pretendientes que debe de haber debajo de mi ventana. Lo único es que a lo mejor no se han enterado de que me mudé hace casi un año, y están ahí, colapsando inútilmente el otro lado de la ciudad...
Tengo pocas cosas que contarles, panda de infradotados. Pocas cosas nuevas, digo, que las viejas se las tienen más que aprendidas. Tengo mucho trabajo, muchas otras cosas que no son trabajo (productivo, se entiende), y muchas ganas de quedarme en mi casa tapadita con una manta, que todavía hace frío.
¡Ah, sí! Quería contarles que se me está poniendo un cuerpo estupendo gracias a un juego de fitness que tengo para la Wii (¡Wii!). Me noto mucho mejor de forma, la resistencia ha aumentado y tengo las piernas más torneadas y los glúteos más fuertes. El tren superior también, ya voy marcando bíceps y he mejorado mucho mi postura. Y todo eso sin sacarlo de la caja. Cuando la abra lo van a flipar.
Buen lunes, infelices.


miércoles, 31 de marzo de 2010

Cosas veredes

El taxista estaba ya en edad de prejubilarse. Me dijo "buenos días, no tire el cigarro, por favor, que en mi taxi se puede fumar" y no volvió a hablarme en todo el camino. Tenía puesto un cassete (?) de Bill Evans y condujo todo el trayecto sin un sobresalto, sin una pita, sin un adelantamiento agresivo y sin un "yonosédóndevamosairaparar".
Casi consigue que recupere la fe en la humanidad, el muy cabrito.

martes, 30 de marzo de 2010

Lunes Musicales

Creo que la culpa fue de las fotos del viaje de Ernesto y del festín de ingratos de carbono del domingo por la noche. Resulta que me subía en una avioneta para irme a Marruecos. Pero en una avioneta-avioneta, tamaño seiscientos, en la que no me cabían las piernas y tenía que ir de lado, y mi compañero de viaje, que era Poty, el peludo ese que enseña a bailar a Belén Esteban, no paraba de darme codazos porque le clavaba las rodillas. El piloto nos mandó a callar un par de veces y en una de estas se vira para atrás y me dice que él también había tenido miedo a volar, pero que se le había quitado comiendo bayas de goji. Y ahí me desperté, justo a tiempo, porque creo que aún en sueños le habría metido un buen leñazo al chófer.
Y eso que estoy bastante moderadita últimamente, créanme. Igual es porque descargo toda mi agresividad en el facebook con Morales,que, pobrecito, hace de sparring sin protestar. O porque ya no tengo ni fuerzas ni tiempo para llevarle la contraria a nada ni a nadie.
Pocas cosas más tengo que contarles, queridos. Bueno, sí. Que el miércoles empiezan mis mini vacaciones y que como nadie se ha animado a fundar la cofradía de Nuestra Señora del Lado Oscuro no me va a quedar otro remedio que botarme en las piedras de la playa. Va a tener que sacarme de allí la guardia civil.

lunes, 29 de marzo de 2010

Frase del año

"¿Qué consejo le daría a las personas que van a nacer dentro 
de cien años? Pues el primer consejo que les daría sería que no nacieran."
D. Carlos Pinto Grote.
Premio Canarias de Literatura 1991.

Cómo me gusta oir hablar al viejo. Y cómo me gusta leerlo como si lo oyera hablar...

lunes, 22 de marzo de 2010

La Lupe dice que tengo que escribir más, que ella no me lo dice más veces porque ya soy grandita y a estas edades uno tiene que saber lo que hace, y que ella no quiere estar echándome broncas de madre, pero que me deje ya de boberías. La Lupe es prudente como ella sola, y sé que si me está diciendo esto es porque lleva tiempo rumiándolo. Por eso y porque el vino nos suelta la lengua, claro.
Yo antes escribía en un periódico, ¿saben? Toditos los viernes, una columna o veinticinco-líneas-en-times-new-roman-a-cuerpo-diez . El proceso creativo me dejaba extenuada, era una ardua tarea para la que no todos están preparados. Es por eso que  sólo unos pocos elegidos podemos asumir la dureza del proceso creativo y por lo que la creación artística en sí y el esfuerzo intelectual que supone nos deja tan extenuados que, a menudo, nos vemos totalmente incapacitados para  el resto de tareas de la vida diaria. Es muy dura la vida del columnista. Se pasa uno la semana de la siguiente manera: de lunes a miércoles piensas: "tengo que escribir el palique, y así me lo quito de encima ya", o bien: "no lo dejes para última hora, temas hay de sobra" o cualquier variante de las dos anteriores, siempre a intervalos de una o dos horas, o cada vez que tienes algo más importante y más urgente que hacer. El miércoles por la noche te duermes pensando "bueh, ya lo haré mañana por la mañana en el curro, todavía hay tiempo y eso me lo escribo yo en dos patadas". Luego, una almuerza, se toma su cafecito y se va de margullo al sillón a dormirse toda la programación de sobremesa y ¡zas! justo cuando está a punto de caer en estado comatoso le viene a la cabeza la insatisfacción del deber pospuesto (la del deber cumplido no la siente nunca el ser humano columnista, porque justo cuando entrega una empieza a atormentarse con la siguiente). Un sinvivir, vamos. Pero era un sinvivir que me daba para alimentar el blog una vez por semana. Ahora me he vendido al capital. Ya no publico si no me pagan, por lo tanto, no publico. Sólo escribo para ustedes, queridos, que me pagan con su amor. La pena es que el amor ni se coma ni pague viajes.
Buen lunes.

lunes, 8 de marzo de 2010

Lunes musicales

A pesar de algún elemento distorsionante que amenazó mi ya de por sí fragilona estabilidad, escapamos en la tocata. El respibien y la propalgina se portaron y consiguieron que mi voz no fuera la  Bender. Más cercana a la de un Manolo asmático cualquiera que a la de una señorita, de acuerdo, pero es lo que hay. Aún así, sigo pensando que deberían hacerme la ola y aplaudirme a rabiar, y corear mi nombre por las calles y plazas, y mandar sms a la tele y dedicarme canciones en la radio, porque conseguí reprimir mis más profundos instintos asesinos y no descuartizar y envolver con papel film de ese, al más puro estilo Dexter, a una que no hizo más que recordarme lo nerviosa que debía estar, la poca experiencia que tenía, los pocos ensayos que llevábamos encima, los muchos cigarros que me fumo y lo "particular" de nuestro repertorio. Pero definitivamente, creo que voy entendiendo eso del Zen, o como sea. Me limité a mirar y sonreir (levantar una ceja no sé) y a darle la razón. Aunque igual no era por el Zen, sino porque no encontré nada lo suficientemente afilado como para hacer filetes de lengua...
También puede que me haya reprimido porque hasta agosto no puedo tener antecedentes penales. He decidido apuntarme a un viajecito a Nueva York (nueve horas en avión, aplaudan y jaleen, por favor) con mis amiguitos del instituto. No sé cómo lo voy a pagar, la verdad. Me estoy planteando ir a un programa de esos de la autonómica y en plan La Faraona, abrir mucho los brazos, mirar al cielo y decir: "si cada español pone una peseta...", y esperar a ver qué pasa. Por eso lo de los antecedentes, ¿saben? Porque sería un rollo conseguir reunir el dinero, y probar durante semanas distintas dosis de alapryles, orfidales y myolastanes hasta encontrar el punto justo que me permita ir catatónica y no montar la de Melendi en el avión, y que luego, al llegar, me cogiera un poli negro de esos y me volviera a embarcar, porque resulta que en ese pais no se puede entrar si has apaleado, deslenguado, y descuartizado a una persona. Hay que ser tiquismiquis.
Bueno, que aquí tienen su piecita musical. Un muchacho guapo a rabiar y que canta como los ángeles. Si no se emocionan con esto es que no son ustedes personas de fiar.
Buen lunes.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Lunes music... Whatever

Les juro que yo quiero actualizar más a menudo, pero tengo que comunicarles una cosa. Se me está secando el cerebro. Más, todavía, sí. Se me olvidan palabras como "militancia", o "acantilado" o "fidelización". Se me ocurren ideas geniales para escribir en este blog y se me olvidan a medida que las voy desarrollando, con lo que cada dos por tres me quedo con cara de "¿por qué estaba pensando yo esto?". Quiero llamar a mi madre y marco el teléfono de mi jefa; mando sms equivocados y luego me dejo el saldo a base de desmentidos. Me jarto a cafés y cocacolas para mantenerme medio activa, pero lo único que consigo es ser una zombi con sueño y taquicardia. Me dejo los paraguas en las farmacias y cuando voy a recuperarlos salgo con un bote de Respibien, otro de Supradyn y la sensación de que se me olvida algo. Me mojo toda de camino a casa.
Hoy empecé, además, a reducir la dosis de tabaco. Porque me lo estaba fumando todo, yo. Aproveché este momento de niveles de hierro subterráneos en el que no tengo energías ni para mirar mal, más que nada para asegurarme de no salir en las noticias de antena tres saliendo de los juzgados. Para lo que sí me dan las energías, por cierto, es para cagarme en el cinismo de la campaña "Esto sólo lo arreglamos entre todos", y se me ocurre que debería escribir un post al respecto. Pero se me va la fuerza sólo de pensarlo y a los más que llego es a segregar un poco de bilis y a apuntarme al grupo de facebook "esto deberían arreglarlo los que lo jodieron".
Tengo una cantidad inhumana de textos para corregir (pobrecita, se creía lingüísta o algo), una casa que limpiar, unos alumnos a los que conseguirles un aprobado y aún estoy pendiente de un nuevo empleo. Los Fabulosos Sol y Sombra actúan el viernes y yo no recuerdo las letras, ni las estructuras. Ni nada.
Lo mandaría todo al carajo. Pero eso también resulta agotador.
Buen lo que sea.

lunes, 22 de febrero de 2010

Lunes musicales

Podría empezar este post pidiéndoles disculpas por no haberlos iluminado la semana pasada con la piecita musical que tocaba, pero paso. Paso, fundamentalmente, porque el blog es mío y me lo frinko cuando quiera, y también porque ustedes habrán estado todos muy ocupados estos carnavales vomitando en los parterres y magreándose detrás de los kioskos y no habrán notado la ausencia del Lunes Musical.
Yo hice cura de sueño. Y vuelvo con fuerzas. Agárrense.

lunes, 8 de febrero de 2010

Lunes musicales

Recomendaciones musicales y gastronómicas en este su blog de confianza. Ayer volví, por tercera vez en poco más de dos meses (tampoco es tanta la frecuencia) al Anatolia, un restaurante turco maravilloso que mi amigo georgiano Lasha acaba de abrir con su socio turco Alí. Les pondría un enlace a google maps si no fuera tan perra, pero la vida es así de dura. Para ustedes sobre todo. Les digo que está detrás de la iglesia de la concepción de Santa Cruz de Gran Tenerife Imperial de todos los Santos (para que luego nadie se queje de que a esta isla le faltan los adjetivos que le sobran a otra) y que es la razón fundamental por la que he dejado de rezarle por las noches a todos los dioses que me sé (hasta a los de la Grecia Clásica) para que la marea suba un día hasta Vistabella y arramble con todo lo que se encuentre por delante.
Lasha sazonó los platos que dejamos que eligiera él mismo esta vez con Depeche Mode y Peter Gabriel, y nos regaló unos corazoncitos de fieltro para ponernos en las camisetas. Celebró con nosotros "las vacaciones del librero" (no me digan que no es un nombre excelente para la novela que nunca pienso escribir) y nos festejó la ocurrencia de brindar por casi todo lo brindable.
Una sugerencia, queridos: vayan. Vayan o los mato.
El aporte musical, este lunes (¡ja! ¡a tiempo!) viene de la mano de mis amiguitos de Monstruobot. Y por partida doble. El vídeo de "Automático" y ¡El disco completo en descarga directa! Para que luego no digan que no me enrollo bien con ustedes, malditos desagradecidos. Métanse el gato por... ya saben. A disfrutar de la metralla contundente y marica de Monstruobot.

Disco completo, con derechos de esos que no hay que pagar, pero no puedes hacer negocio y tienes que decir de quién es el rollo: http://www.megaupload.com/?d=BIZTCN94

martes, 2 de febrero de 2010

Lunes musicales

Ay, qué rollo, las lluvias torrenciales. Disfruten con esta joya del rock argentino de todos los tiempos (mejorada más tarde por La Sonora Dinamita) y déjenme vivir.


¿Cómo dicen? ¿Que hoy no es lunes? Demuéstrenlo. Es el día de la marmota.

miércoles, 27 de enero de 2010

El plan perfecto

A pocos minutos de la presentación del iPad, el nuevo producto de Apple, ya la menda lerenda tiene claro cómo lo va a conseguir. Gratis, obviamente, porque con la pasta que tengo, lo único que me puedo comprar que tenga una manzana dibujada es la compota. Y de las de supermercado, no de las de farmacia.
Bien, como soy así de generosa y de complaciente con ustedes, pequeños infelices fronterizos, les voy a contar mi plan. Ojo, sólo lo podrán utilizar si la persona a la que piensan tangar tiene el típico tic de madre (que, por supuesto, la mía tiene en grado sumo) de cambiar el género del objeto deseado para ridiculizar nuestra súplica.
Ahora mismo voy a llamar a mi madre y le pienso decir con voz de niña caprichosa: "mama, cómprame un iPod, anda, que lo necesito". A continuación, (como si la estuviera viendo) se le abrirán las aletas de la nariz, tomará aire y dirá: "¡un iPod no! ¡Un iPad!". Y yo estaré grabando la conversación.
Pueden usar mi plan, que tiene una licencia creative commons de esas.
Alapryles y Diablitos. Más que un blog. Un servicio público. De nada.

Y de regalo, el capítulo 3 de "Niña repelente". Por cortesía de Yaiza Peraza :-)

lunes, 25 de enero de 2010

Lunes musicales

Mi compañero de piso guiri cree, como yo, que esto es totalmente injusto. Lo de trabajar, digo. Es una conversación que se repite todos los domingos por la noche: "chacho, yo no quiero ir al cole mañana", "yeh, sí, yo tampocou nou quiero ir", "pues llamamos y decimos que estamos malos, algo gravísimo y contagioso y nos quedamos aquí, leyendo, jugando a la wii y mirando para los celajes", "Sí, vale, aunque no sé qué son celajes". Pero nada, somos unos cobardes y unos incultos sin imaginación, porque no se nos ocurre ninguna enfermedad lo suficientemente grave. Lo único que conseguimos es, a fuerza de mirar en Internet, entrar en pánico porque, claramente, tenemos por lo menos tres síntomas de cada una de las enfermedades que hemos descubierto. Que nos estamos muriendo, vaya, y que un día nos van a encontrar a los dos putrefactos en nuestra casa, y saldremos en "Buenos días, Canarias", en las noticias de Antena 3 y con un poco de suerte, en el programa de Ana Rosa.
Buscamos entonces otro camino, y desarrollamos un plan para tener que trabajar sólo cuatro días y poder descansar tres. Porque eso pasa en Francia, ¿saben? que es un país la mar de civilizado, y así habría menos paro, y todos seríamos un poquito más felices. "Pero tío, guiri, que si trabajamos menos vamos a cobrar menos, también, y tendríamos que irnos de esta casa que, a todas luces, no podemos pagar". "Sí, bueno, pero podríamos alquilar la habitación de Mamadou". "Sí. A doce chinos, porque con menos no nos llega, tampoco". "Ay, es que a mí los chinos me dan no sé qué". "Ya. A mí me pasa lo mismo, tan pequeñitos, ahí, y con esa cara de saber algo que los demás no sabemos". ""Pues nada de chinos". "Ya. Pero hablando de chinas..."
Y así se nos va la sobremesa de la cena. Y me levanto el lunes a una hora que no debería existir, maldiciendo mi suerte y cantando:



(Vale. Todos sabemos que en realidad canto la versión de Raphael)
 

domingo, 24 de enero de 2010

Vida perra

Me llamo Cuinpar, aunque mis amigos me llaman Cuin, o bruja, según. Tengo algunos años más de los que me gustaría y muchos menos de los que aparento; un pelo indomable drago-de-Icod-style; dos o tres marcas de nacimiento; un lunar en la planta del pie, otro en el borde de un párpado; Cicatrices sin fin: la del brazo, de cuando quise ver cómo se derretía al fuego el táper que abue acababa de comprar; la del muslo, de cuando me ensarté como una caballa con unos hierros de obra; la de la rodilla, de aquella vez que me escapé de las monjas ya no me acuerdo de por qué; la de la ceja de una caja de tomates vacía que mi hermano me tiró, y así hasta el infinito y más allá.
Tengo anemia crónica, miopía y cierta tendencia al drama y al maniqueísmo. Soy devota de Santa Carmina y sigo sus enseñanzas. No me gusta la gente, en general, aunque con algunos hago excepciones. No tengo perro, ni fe, ni carrera, ni ahorros, ni carné de conducir. Gestiono malamente mi ocio, mi memoria y mi vida social, entre otras cosas. Se me olvidan los títulos de las películas y los nombres de los actores. No me gusta el whisky, ni las sardinas, ni el queso. Llevo un disco de Concha Piquer, dos de Raphael y un par de canciones de Marisol en el iPod. Hago un ruido insoportable con los dientes mientras duermo y siempre tengo frío. Me dan miedo los aviones, los mosquitos y los papeles administrativos. Me aburro con facilidad y no puedo aguantar la risa cuando alguien se cae. Se me está secando el cerebro.
Supongo que esto es todo lo que tienen que saber de mí. Para que luego no digan que no los avisé.

lunes, 18 de enero de 2010

Lunes musicales

Tenía la costumbre en mi antiguo blog de colgarles los lunes a primera hora una piecita musical que nos ayudara a cruzar el desierto que tenemos por delante. Toda una semana levantándonos temprano para ir cada uno a su mina particular, sin poder poner el "¿por qué tengo que ir hoy, si ya fui ayer?" como excusa, se hace más livianita si la empezamos con música.
Ustedes se preguntarán (bueno, a lo mejor no se lo preguntan, porque de sobras sé que son así de cortitos, y que apenas se plantean nada sobre sus existencias) por qué cerré el otro blog y por qué abro otro nuevo si, total, en este voy a hacer lo mismo que en el otro. La respuesta es muy fácil, queridos. Porque me da la gana.
Buen lunes.



(Me imagino con La Lupe tocando este tema con el timplillo y cantando a voz en grito y me río yo sola. Qué se le va a hacer)

domingo, 17 de enero de 2010

Jesusito de mi vida

¿Quién soy yo para hacer esperar a nuestro señor?


(gracias, Netito)

Segundo intento

Sábado. Desayuno en pijama. Labores del hogar (las justas). Almuerzo con mis (más) queridas amigas y un señor muy alto. Dos botellas de vino. Risas. Chupitos varios. Planes para acabar con la humanidad. Hojaldres de pistacho, café.
Todo bien.
Pienso en Ella. Y en Él. Y en mi Alonso y mi Pilar. Y en Él también. Y en tantos otros. Y me dan ganas de volver a tener un blog.
No soy digna de que entren en mi casa y tal. Pero sean bienvenidos. A ver lo que dura.

(Cuando sepa poner una foto en la cabecera y una plantilla más divertida lo haré. O no, porque a lo mejor cuando sepa hacerlo ya no tengo ganas).
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