miércoles, 31 de marzo de 2010

Cosas veredes

El taxista estaba ya en edad de prejubilarse. Me dijo "buenos días, no tire el cigarro, por favor, que en mi taxi se puede fumar" y no volvió a hablarme en todo el camino. Tenía puesto un cassete (?) de Bill Evans y condujo todo el trayecto sin un sobresalto, sin una pita, sin un adelantamiento agresivo y sin un "yonosédóndevamosairaparar".
Casi consigue que recupere la fe en la humanidad, el muy cabrito.

5 comentarios:

exseminarista ye-ye dijo...

¿Pasó en realidad? No me lo puedo creer, suena a historia breve...

Cuinpar dijo...

Te lo juro por dios (en quien tanto creemos y tanto nos ayuda). Y no fue tan breve, que fue de La Lagonia a Santa Cruz...

Reina del Mango dijo...

Llama a Iker Jiménez, eso es digno de Milenio 3

Don Peperomio dijo...

ah, la Cuin se pasó a la ciencia ficción.

Mr. Skun dijo...

Ha sido hoy un viernes musical. Te he conocido por fin y no he encontrado el momento de presentarme.