lunes, 22 de marzo de 2010

La Lupe dice que tengo que escribir más, que ella no me lo dice más veces porque ya soy grandita y a estas edades uno tiene que saber lo que hace, y que ella no quiere estar echándome broncas de madre, pero que me deje ya de boberías. La Lupe es prudente como ella sola, y sé que si me está diciendo esto es porque lleva tiempo rumiándolo. Por eso y porque el vino nos suelta la lengua, claro.
Yo antes escribía en un periódico, ¿saben? Toditos los viernes, una columna o veinticinco-líneas-en-times-new-roman-a-cuerpo-diez . El proceso creativo me dejaba extenuada, era una ardua tarea para la que no todos están preparados. Es por eso que  sólo unos pocos elegidos podemos asumir la dureza del proceso creativo y por lo que la creación artística en sí y el esfuerzo intelectual que supone nos deja tan extenuados que, a menudo, nos vemos totalmente incapacitados para  el resto de tareas de la vida diaria. Es muy dura la vida del columnista. Se pasa uno la semana de la siguiente manera: de lunes a miércoles piensas: "tengo que escribir el palique, y así me lo quito de encima ya", o bien: "no lo dejes para última hora, temas hay de sobra" o cualquier variante de las dos anteriores, siempre a intervalos de una o dos horas, o cada vez que tienes algo más importante y más urgente que hacer. El miércoles por la noche te duermes pensando "bueh, ya lo haré mañana por la mañana en el curro, todavía hay tiempo y eso me lo escribo yo en dos patadas". Luego, una almuerza, se toma su cafecito y se va de margullo al sillón a dormirse toda la programación de sobremesa y ¡zas! justo cuando está a punto de caer en estado comatoso le viene a la cabeza la insatisfacción del deber pospuesto (la del deber cumplido no la siente nunca el ser humano columnista, porque justo cuando entrega una empieza a atormentarse con la siguiente). Un sinvivir, vamos. Pero era un sinvivir que me daba para alimentar el blog una vez por semana. Ahora me he vendido al capital. Ya no publico si no me pagan, por lo tanto, no publico. Sólo escribo para ustedes, queridos, que me pagan con su amor. La pena es que el amor ni se coma ni pague viajes.
Buen lunes.

11 comentarios:

La Lupe dijo...

Eso, eso, tú escribe; y si hace falta que me emborrache una vez en semana para impulsarte prudentemente hacia el teclado, pues me sacrifico, que lo primero es lo primero.

Es la primera vez en la vida que nadie me llama "prudente".

Don Peperomio dijo...

:)

josemaria dijo...

Y, posiblemente, la última. No te hagas vayas a crear falsas expectativas...

Cuinpar dijo...

Lup, nos emborrachamos una vez en semana, yo te llamo prudente, tu me llamas lista y las dos ponemos a caldo al morales, si?

La Lupe dijo...

Por mí regio. Pero no se va a enterar. ¿No ves que no sabe castellano? Mira las cosas raras que hace con los verbos.

Reina del Mango dijo...

Chacha, ¿Bob Esponja es tu seguidor? Envidia...

Cuinpar dijo...

Reina, estoy negociando fichar también a Pocoyó. Será la leche.
Meri, es verdad, vamos a tener que decírselo en binario de ese, con unos y ceros...

Mr. Skun dijo...

El amor no se come, no paga viajes... Cierto. La adicción tampoco. Y al final terminamos comiéndonos la cola cual pescadillas.

Cuinpar dijo...

Bienvenido, Broderyon!

Mr. Skun dijo...

Encantado de encontrarte y leerte otra vez, Cuinpar. Demos rienda suelta a la adicción nuevamente.

Un adicto siempre será un adicto. Grissom dixit.

Blanco!

josemaria dijo...

"Comiéndonos las colas", dice... ¡Pero qué borde!