lunes, 8 de marzo de 2010

Lunes musicales

A pesar de algún elemento distorsionante que amenazó mi ya de por sí fragilona estabilidad, escapamos en la tocata. El respibien y la propalgina se portaron y consiguieron que mi voz no fuera la  Bender. Más cercana a la de un Manolo asmático cualquiera que a la de una señorita, de acuerdo, pero es lo que hay. Aún así, sigo pensando que deberían hacerme la ola y aplaudirme a rabiar, y corear mi nombre por las calles y plazas, y mandar sms a la tele y dedicarme canciones en la radio, porque conseguí reprimir mis más profundos instintos asesinos y no descuartizar y envolver con papel film de ese, al más puro estilo Dexter, a una que no hizo más que recordarme lo nerviosa que debía estar, la poca experiencia que tenía, los pocos ensayos que llevábamos encima, los muchos cigarros que me fumo y lo "particular" de nuestro repertorio. Pero definitivamente, creo que voy entendiendo eso del Zen, o como sea. Me limité a mirar y sonreir (levantar una ceja no sé) y a darle la razón. Aunque igual no era por el Zen, sino porque no encontré nada lo suficientemente afilado como para hacer filetes de lengua...
También puede que me haya reprimido porque hasta agosto no puedo tener antecedentes penales. He decidido apuntarme a un viajecito a Nueva York (nueve horas en avión, aplaudan y jaleen, por favor) con mis amiguitos del instituto. No sé cómo lo voy a pagar, la verdad. Me estoy planteando ir a un programa de esos de la autonómica y en plan La Faraona, abrir mucho los brazos, mirar al cielo y decir: "si cada español pone una peseta...", y esperar a ver qué pasa. Por eso lo de los antecedentes, ¿saben? Porque sería un rollo conseguir reunir el dinero, y probar durante semanas distintas dosis de alapryles, orfidales y myolastanes hasta encontrar el punto justo que me permita ir catatónica y no montar la de Melendi en el avión, y que luego, al llegar, me cogiera un poli negro de esos y me volviera a embarcar, porque resulta que en ese pais no se puede entrar si has apaleado, deslenguado, y descuartizado a una persona. Hay que ser tiquismiquis.
Bueno, que aquí tienen su piecita musical. Un muchacho guapo a rabiar y que canta como los ángeles. Si no se emocionan con esto es que no son ustedes personas de fiar.
Buen lunes.

3 comentarios:

María dijo...

Lofiu, Manolo.
Te hago la ola en tamaño tsunami.

Unknown dijo...

Genial entrada, empieza uno el lunes con otro pie... (no me digas que no hay nada más triste...)

Realmente, los camerinos cumplen una función de inserción social de los músicos, y es la de solo dejar entrar a ellos a los (las)tocanarices de ese tipo que se sabe que los músicos no serán capaces de asesinar (por ser amigos, novias, VIP's). Hay que pedirle a la SGAE, que tanto hace por los creadores, que defienda ese espacio arquitectónico de inequívoca utilidad social

Reina del Mango dijo...

Ay, te comprendo tanto... Estuviste grande, Manolo, y las tetas no se nota nadita que son de silicona.