martes, 18 de octubre de 2011

Errare humanum est

Miren, que ayer me equivoqué con el vídeo. En lugar del vídeo "Minitragedia de Arconada en tres minutos" en realidad debería ir este que les adjunto a continuación.
Reclamen y pidan compensaciones por este error que les habrá destrozado la vida sin duda.

lunes, 17 de octubre de 2011

Lunes Musicales

Respondo a los correos electrónicos como si estuviera en la guerra, con la rutina de unos días muy similares, sentada en mi camastro, con las bombas de fondo: querido J., aquí las cosas son simples, el general nos trata bien y nos quiere, el combate es duro, el terreno yermo, la vida tensa de los que no saben qué pasará dos horas más allá. Dios no ahoga, pero aprieta, y si es verdad que hoc non pereo habebo fortior me, se nos deben de estar poniendo unos bíceps que te cagas . He comprado medicamentos para la tuberculosis; latas de albóndigas; una manta pequeña que casi no tiene agujeros. Lo malo no son las bombas, son las alarmas.
Dese por saludado, con mi habitual educación.
I.
Lamentablemente, nadie parece apreciar este sentido del humor. ¡Buen Lunes!

miércoles, 12 de octubre de 2011

Instrucciones para salvar el odio eternamente


Cuando ella o él te dejen, no perdones,
niégate a comprenderlo.
Cultiva bien tu odio, nunca seas
generoso en palabras o en olvido.
Cuando ella o él te dejen, nunca digas
adiós, o qué vamos a hacerle.
Maldice cada letra de su nombre.
Y júrale odio eterno mirándole a los ojos.
Cuando ella o él te dejen, nunca creas
ni justificaciones ni promesas
y busca las palabras más hirientes,
el insulto más infame que conozcas.
Cuando ella o él te dejen, nunca juegues
a ser Rick perdido en Casablanca.
Provoca llanto, dolor, remordimientos
y que el adiós te corte igual que una cuchilla.
Porque
cuando ella o él te dejan, habrá alguien
tarde o temprano esperando en otra esquina
y volverán a gozar en otros brazos
y dirán "te amo". Y "ven, dámelo todo".
Y olvidarán. ¿Para qué, entonces,
mentir? Que ella o él se lleven
-aunque dure bien poco- nuestro odio
igual que una bandera. Para siempre.

                                                                    (Rodolfo Serrano)