miércoles, 31 de marzo de 2010

Cosas veredes

El taxista estaba ya en edad de prejubilarse. Me dijo "buenos días, no tire el cigarro, por favor, que en mi taxi se puede fumar" y no volvió a hablarme en todo el camino. Tenía puesto un cassete (?) de Bill Evans y condujo todo el trayecto sin un sobresalto, sin una pita, sin un adelantamiento agresivo y sin un "yonosédóndevamosairaparar".
Casi consigue que recupere la fe en la humanidad, el muy cabrito.

martes, 30 de marzo de 2010

Lunes Musicales

Creo que la culpa fue de las fotos del viaje de Ernesto y del festín de ingratos de carbono del domingo por la noche. Resulta que me subía en una avioneta para irme a Marruecos. Pero en una avioneta-avioneta, tamaño seiscientos, en la que no me cabían las piernas y tenía que ir de lado, y mi compañero de viaje, que era Poty, el peludo ese que enseña a bailar a Belén Esteban, no paraba de darme codazos porque le clavaba las rodillas. El piloto nos mandó a callar un par de veces y en una de estas se vira para atrás y me dice que él también había tenido miedo a volar, pero que se le había quitado comiendo bayas de goji. Y ahí me desperté, justo a tiempo, porque creo que aún en sueños le habría metido un buen leñazo al chófer.
Y eso que estoy bastante moderadita últimamente, créanme. Igual es porque descargo toda mi agresividad en el facebook con Morales,que, pobrecito, hace de sparring sin protestar. O porque ya no tengo ni fuerzas ni tiempo para llevarle la contraria a nada ni a nadie.
Pocas cosas más tengo que contarles, queridos. Bueno, sí. Que el miércoles empiezan mis mini vacaciones y que como nadie se ha animado a fundar la cofradía de Nuestra Señora del Lado Oscuro no me va a quedar otro remedio que botarme en las piedras de la playa. Va a tener que sacarme de allí la guardia civil.

lunes, 29 de marzo de 2010

Frase del año

"¿Qué consejo le daría a las personas que van a nacer dentro 
de cien años? Pues el primer consejo que les daría sería que no nacieran."
D. Carlos Pinto Grote.
Premio Canarias de Literatura 1991.

Cómo me gusta oir hablar al viejo. Y cómo me gusta leerlo como si lo oyera hablar...

lunes, 22 de marzo de 2010

La Lupe dice que tengo que escribir más, que ella no me lo dice más veces porque ya soy grandita y a estas edades uno tiene que saber lo que hace, y que ella no quiere estar echándome broncas de madre, pero que me deje ya de boberías. La Lupe es prudente como ella sola, y sé que si me está diciendo esto es porque lleva tiempo rumiándolo. Por eso y porque el vino nos suelta la lengua, claro.
Yo antes escribía en un periódico, ¿saben? Toditos los viernes, una columna o veinticinco-líneas-en-times-new-roman-a-cuerpo-diez . El proceso creativo me dejaba extenuada, era una ardua tarea para la que no todos están preparados. Es por eso que  sólo unos pocos elegidos podemos asumir la dureza del proceso creativo y por lo que la creación artística en sí y el esfuerzo intelectual que supone nos deja tan extenuados que, a menudo, nos vemos totalmente incapacitados para  el resto de tareas de la vida diaria. Es muy dura la vida del columnista. Se pasa uno la semana de la siguiente manera: de lunes a miércoles piensas: "tengo que escribir el palique, y así me lo quito de encima ya", o bien: "no lo dejes para última hora, temas hay de sobra" o cualquier variante de las dos anteriores, siempre a intervalos de una o dos horas, o cada vez que tienes algo más importante y más urgente que hacer. El miércoles por la noche te duermes pensando "bueh, ya lo haré mañana por la mañana en el curro, todavía hay tiempo y eso me lo escribo yo en dos patadas". Luego, una almuerza, se toma su cafecito y se va de margullo al sillón a dormirse toda la programación de sobremesa y ¡zas! justo cuando está a punto de caer en estado comatoso le viene a la cabeza la insatisfacción del deber pospuesto (la del deber cumplido no la siente nunca el ser humano columnista, porque justo cuando entrega una empieza a atormentarse con la siguiente). Un sinvivir, vamos. Pero era un sinvivir que me daba para alimentar el blog una vez por semana. Ahora me he vendido al capital. Ya no publico si no me pagan, por lo tanto, no publico. Sólo escribo para ustedes, queridos, que me pagan con su amor. La pena es que el amor ni se coma ni pague viajes.
Buen lunes.

lunes, 8 de marzo de 2010

Lunes musicales

A pesar de algún elemento distorsionante que amenazó mi ya de por sí fragilona estabilidad, escapamos en la tocata. El respibien y la propalgina se portaron y consiguieron que mi voz no fuera la  Bender. Más cercana a la de un Manolo asmático cualquiera que a la de una señorita, de acuerdo, pero es lo que hay. Aún así, sigo pensando que deberían hacerme la ola y aplaudirme a rabiar, y corear mi nombre por las calles y plazas, y mandar sms a la tele y dedicarme canciones en la radio, porque conseguí reprimir mis más profundos instintos asesinos y no descuartizar y envolver con papel film de ese, al más puro estilo Dexter, a una que no hizo más que recordarme lo nerviosa que debía estar, la poca experiencia que tenía, los pocos ensayos que llevábamos encima, los muchos cigarros que me fumo y lo "particular" de nuestro repertorio. Pero definitivamente, creo que voy entendiendo eso del Zen, o como sea. Me limité a mirar y sonreir (levantar una ceja no sé) y a darle la razón. Aunque igual no era por el Zen, sino porque no encontré nada lo suficientemente afilado como para hacer filetes de lengua...
También puede que me haya reprimido porque hasta agosto no puedo tener antecedentes penales. He decidido apuntarme a un viajecito a Nueva York (nueve horas en avión, aplaudan y jaleen, por favor) con mis amiguitos del instituto. No sé cómo lo voy a pagar, la verdad. Me estoy planteando ir a un programa de esos de la autonómica y en plan La Faraona, abrir mucho los brazos, mirar al cielo y decir: "si cada español pone una peseta...", y esperar a ver qué pasa. Por eso lo de los antecedentes, ¿saben? Porque sería un rollo conseguir reunir el dinero, y probar durante semanas distintas dosis de alapryles, orfidales y myolastanes hasta encontrar el punto justo que me permita ir catatónica y no montar la de Melendi en el avión, y que luego, al llegar, me cogiera un poli negro de esos y me volviera a embarcar, porque resulta que en ese pais no se puede entrar si has apaleado, deslenguado, y descuartizado a una persona. Hay que ser tiquismiquis.
Bueno, que aquí tienen su piecita musical. Un muchacho guapo a rabiar y que canta como los ángeles. Si no se emocionan con esto es que no son ustedes personas de fiar.
Buen lunes.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Lunes music... Whatever

Les juro que yo quiero actualizar más a menudo, pero tengo que comunicarles una cosa. Se me está secando el cerebro. Más, todavía, sí. Se me olvidan palabras como "militancia", o "acantilado" o "fidelización". Se me ocurren ideas geniales para escribir en este blog y se me olvidan a medida que las voy desarrollando, con lo que cada dos por tres me quedo con cara de "¿por qué estaba pensando yo esto?". Quiero llamar a mi madre y marco el teléfono de mi jefa; mando sms equivocados y luego me dejo el saldo a base de desmentidos. Me jarto a cafés y cocacolas para mantenerme medio activa, pero lo único que consigo es ser una zombi con sueño y taquicardia. Me dejo los paraguas en las farmacias y cuando voy a recuperarlos salgo con un bote de Respibien, otro de Supradyn y la sensación de que se me olvida algo. Me mojo toda de camino a casa.
Hoy empecé, además, a reducir la dosis de tabaco. Porque me lo estaba fumando todo, yo. Aproveché este momento de niveles de hierro subterráneos en el que no tengo energías ni para mirar mal, más que nada para asegurarme de no salir en las noticias de antena tres saliendo de los juzgados. Para lo que sí me dan las energías, por cierto, es para cagarme en el cinismo de la campaña "Esto sólo lo arreglamos entre todos", y se me ocurre que debería escribir un post al respecto. Pero se me va la fuerza sólo de pensarlo y a los más que llego es a segregar un poco de bilis y a apuntarme al grupo de facebook "esto deberían arreglarlo los que lo jodieron".
Tengo una cantidad inhumana de textos para corregir (pobrecita, se creía lingüísta o algo), una casa que limpiar, unos alumnos a los que conseguirles un aprobado y aún estoy pendiente de un nuevo empleo. Los Fabulosos Sol y Sombra actúan el viernes y yo no recuerdo las letras, ni las estructuras. Ni nada.
Lo mandaría todo al carajo. Pero eso también resulta agotador.
Buen lo que sea.