Cuando uno no puede más, cuando no le dan las horas del día, cuando se caen todas las fichas y no acierta a levantarlas sin formar otro estropicio, cuando los daños colaterales se acumulan en la cuneta. Ahí se hace uno el valiente, y le echa gasolina, no sabe si para andar o para que todo arda de una vez.
3 comentarios:
¡Pero bueno!¿Qué pasa aquí?¿Dos días seguidos? Además, lo de las fichas ya lo habíamos leído ¿no?¿El día de la marmota otra vez?
Los grandes genios podemos hacer autoreferencias, Josemari. Que no te enteras.
Ella es así, o todo o nada
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