domingo, 5 de septiembre de 2010

Cascada de fichas

Para Almudena, que viene todos los días y nunca pierde la fe.

Este tiempo de silencio en Alapryles y Diablitos obedece no sólo a mi desidia y mi falta de constancia, sino también a que me están cayendo muchas fichas juntas, ya saben cómo es eso: la ficha cae, uno la intenta agarrar y ahí empieza la cosa. Como canta “El Robot bajo el agua”: 'Y todo el tiempo te cae la ficha, por algo viejo, por algo nuevo, por algo tonto, por algo serio'.  Por suerte, hemos ido aprendiendo (?) y ahora ya no nos tapamos los ojos mientras dura la cascada de fichas, ahora observamos la danza, nos atrevemos a aventurar el final, dónde parará, dónde está el fallo, dónde habrá una ficha lo suficientemente fuerte o colocada a contramano que frene el empuje de las demás. En un alarde de insolencia, colocamos las manos detrás de la cabeza, estiramos los pies y dedicamos un rato a pensar en lo que vendrá después. ¿Volveremos a colocarlas, provocando nuevas caídas en el proceso? ¿Las dejaremos ahí tiradas, abriendo la puerta definitiva a la entropía? ¿Las guardaremos en su cajita y a otra cosa mariposa?
Los que somos así de enfermitos nos adelantamos a los acontecimientos, ya lo saben.  Los que además de loquitos somos medio pusilánimes, no lo hacemos para evitar un posible desastre, sino para hacernos una idea de lo que nos espera y poder ir lamentándonos, sufriendo y temiendo lo que está por venir. Mi peor previsión de futuro es que voy a acabar ingresada en el Febles Campos o donde sea, en pijama, recortando fotos de revistas y haciendo florecitas de fieltro. Lo bueno de todo eso, lo verdaderamente reconfortante, es que  hasta en esa previsión (que, la verdad,  tanto no me desagrada) siempre hay un par de fichajes haciéndome el aguante, como las hinchadas del Betis, del Atlético de Madrid o de la Unión Deportiva Las Palmas, esas aficiones que no desfallecen, aunque su equipo no haga más que darles disgustos. Con lo fácil que sería hacerse del Barça…